Terapia Floral

Los remedios florales son llamados “La Medicina del Alma” porque actúan principalmente sobre las emociones. Éstas, si bien desencadenan reacciones fisiológicas, son respuestas afectivas (intrapsíquicas) a la realidad. Pueden registrarse sus fluctuaciones cuando se miden los campos electromagnéticos de las personas (o mamíferos en general) porque son manifestaciones energéticas.
Existen diferentes cualidades energéticas que varían según la frecuencia de su onda vibracional. Este movimiento, que se encuentra en diferentes escalas desde las partículas subatómicas, el latir del corazón, los diferentes tipos de ondas, o hasta la contracción y expansión del universo, es el comportamiento natural de lo que llamamos energía.
Al modificarse la realidad, interna y/o externa, las emociones cambian reaccionando a estímulos físicos, psíquicos y, por supuesto, energéticos.

null

null

null

Cuando producimos una emoción negativa y nuestro Yo no logra administrarla en forma eficiente, esta persiste y genera una acumulación de esa energía o un “bloqueo”. Es decir, se pierde la fluidez o capacidad de adaptación, haciendo que la emoción se vuelva persistente. Con el tiempo, si la emoción no circula, puede incluso llegar a cristalizarse como un rasgo de la personalidad, y llegar incluso a formar un trastorno patológico.
En cambio, cuando el organismo se impregna de energía con frecuencias vibracionales armónicas (altas) los bloqueos se disuelven restableciendo la libre circulación de las emociones que se manifiestan entonces en formas positivas.

Los remedios florales son los “patrones energéticos” (una determinada frecuencia vibracional) de las flores con las que trabajamos, que se transmiten por medio del agua, y son capaces de impregnar el campo emocional del consultante. Al entrar en contacto con cierta cualidad energética el campo se “contagia”, es decir, sintoniza dicha frecuencia por un fenómeno llamado “resonancia”. Así, el estímulo de las flores funciona como un llamado que despierta justamente la emoción que el organismo no está pudiendo manifestar por sí sólo.

Las diferentes flores aportan la cualidad específica necesaria para superar cada obstáculo interno y recomponer el estado de salud. Por ejemplo ante el miedo, se administra una esencia que facilita el surgimiento del coraje o ante la ira, una que favorezca la comprensión del otro produciendo calma.
Los conflictos se van limpiando en forma gradual, desde los mas superficiales hasta los mas profundos, como por capas.
Retomando el ejemplo anterior, una vez que se trata la ira que sería a primer capa, se comprende al otro, se baja la defensiva y se recupera la calma. Entonces, podemos correr el foco y tomar conciencia de nuestro propio conflicto interno y aflorar una segunda capa, tal vez surgir angustia o tristeza porque nos sentimos heridos. El tratamiento de estas emociones requiere una modificación de la selección de flores, y así sucesivamente, hasta llegar al estado de armonía o, al menos, superar el motivo de consulta.

Las selección de las fórmulas de remedios florales constituye el arte del terapeuta y varía en cada sesión. Una vez que la emoción adaptativa surge, entonces el organismo vuelve a equilibrarse por sí mismo, puede articular las propias herramientas y no necesita más remedios.
La velocidad de las fluctuaciones emocionales hace que los efectos sean rápidamente visibles en este plano pero, estos medicamentos actúan impregnando el campo energético del consultante, es decir… todo su ser! Por lo tanto, las flores sanan la totalidad de la persona, el servicio que ellas nos ofrecen es la sanación del Ser. Esto lo logran colaborando en el restablecimiento de la frecuencia original, sana y plena del mismo. Superando cada distorsión que generamos algo largo de la vida recuperamos la salud biométrico-psico-socio-espiritual.

Si bien los medicamentos vegetales fueron usados desde la prehistoria, éstos se basan mayormente en los efectos químicos de las plantas. Las primeras esencias vibracionales conocidas en occidente fueron desarrolladas por un médico de la realeza británica, el homeópata galés Eduard Bach, quien creó el sistema de 38 remedios conocido por su nombre entre 1930 y 1934.

null

Este es por lo tanto el sistema más difundido y por el cual se suele empezar las formaciones de terapeutas. Pero posteriormente, proliferaron otros sistemas cultivados en diferentes regiones del mundo dando lugar a la diversidad de posibilidades sumamente enriquecedoras con la que contamos actualmente.
La importancia de esta diversidad radica en que cuanto más precisa sea la indicación de la frecuencia vibracional necesaria para determinado caso, mucho más rápido y profundo será el resultado. Por lo tanto, el contar con la cantidad de remedios que ofrece hoy el mercado, e incuso con la posibilidad de sintonizar los propios, es una ventaja fundamental para el terapeuta floral. Cuantas más flores se manejen, por lo tanto, mejor se podrá trabajar la complejidad de aspectos de las personas y casos que se pueden atender.

     

En la formación vamos a ver:

Qué es la Energía “Concepción energética de la realidad”

Qué es la Salud

Qué es la Enfermedad

Qué son las Fores

Qué son los Remedios Florales

Cuál es la función del terapeuta, su ámbito y límites 

Vamos a conocer tres Sistemas Florales (Bach, Saint Germain, Integración Dinámica)

Terapéutica Floral

Cómo se hacen, conservan y administran los Remedios Florales

Prácticas profesionales

Supervisión de casos

Modalidad:

El curso consta de 16 clases quincenales de 2hs. una práctica y una teórica por mes, los días sábados, de marzo a noviembre. Se cursa en el Centro Integración Dinámica, (Sede Núñez/San Isidro) y el valor es de $4.000 por mes.

Profesional 

Maria Lucila Belluscio